Los 10 pecados del Sevilla de García Pimienta en el derbi ante el Betis
La derrota ante el eterno rival desnuda todas las carencias del equipo nervionense
Presidente legitimado, proyecto ilegítimo

La derrota del Sevilla FC en el derbi deja un agrio sabor de boca en el club y entre una afición que confirma sus sospechas sobre una temporada insulsa, huérfana de retos deportivos para intentar generar una mínima ilusión. El equipo se queda en tierra de nadie a falta de nueve jornadas para que finalice el campeonato liguero y las perspectivas no son las más alentadoras teniendo que recibir el domingo al Atlético de Madrid y después viajar a Mestalla en el arranque de abril.
Las causas de la indefinición y las bajas prestaciones de este Sevilla FC encuentran responsabilidad, evidentemente, en todos los estratos del club. El entrenador, García Pimienta, no es el único culpable, pero en lo que le compete anda también lejos de la expectativas y reincide en errores que ni siquiera son interpretables por la difícil justificación de muchas de sus decisiones. El Sevilla de Pimienta perpetró una derrota en el derbi que no pocos veían venir. Estos son los 10 pecados de equipo y entrenador en el duelo de la eterna rivalidad disputado en el Villamarín.
1. Planteamiento temeroso
El Sevilla FC le regaló el balón al Betis, siempre esperando en bloque bajo. A los pocos minutos de que Busquets Ferrer diera el pitido inicial, el conjunto de Pellegrini tomó la iniciativa y se instaló permanentemente en campo contrario. Los de rojo, a verlas venir. Y eso que García Pimienta proclamó a los cuatro vientos en la rueda de prensa previa al choque que su equipo no podía encerrarse atrás. Pese al pobre dibujo, consiguió adelantarse en la contra de Lukebakio con el golazo de Vargas. Hasta que el peso de la lógica se llevó por delante el ruin planteamiento de García Pimienta y el Betis remontó el partido (sin apretar el pedal hasta el fondo). Si permites que el balón ronde tu portería todo el rato con los Antony, Jesús Rodríguez, Isco y compañía, ocurre lo inevitable. La prohibición vale contra cualquier rival de ese cariz ofensivo. Mala elección.
2. Fallos de concentración
El equipo tiene una alarmante falta de calidad, pero lo más preocupante son los signos de desconfianza, algo que entra en el debe del entrenador. El Sevilla FC paga caras sus desconexiones y fallos individuales. El plantel necesita más trabajo para reforzar su nivel de concentración. El segundo gol del Betis, el del Cucho Hernández que da la victoria a los verdiblancos (2-1), se produce tras una cadena de despropósitos del sistema defensivo del Sevilla FC. Gudelj se confía y no cierra el pase de Jesús Rodríguez a Isco. Lokonga se desentiende por completo de la jugada y Kike Salas tampoco reacciona a tiempo permitiendo al malagueño asistir con comodidad al delantero bético.
3. Sin gol
El problema del gol es reiterativo e igualmente salta a la vista. El Sevilla FC lleva toda la temporada con un delantero que no hace goles como Isaac. En la primera vuelta, Iheanacho ni siquiera contaba. Tampoco hacía méritos para ello. En la segunda, Akor Adams llegó, se lesionó y apenas le ha dado tiempo a demostrar absolutamente nada. Inquieta que en los minutos que ha tenido tampoco haya tirado la puerta o enseñado alguna luz al pobre ataque nervionense. En el derbi, el Sevilla FC firmó dos llegadas de Isaac que ni siquiera inquietaron a Adrián. En la segunda parte, cero tiros a puerta. Así es imposible. Es un milagro que el Sevilla esté donde está (casi salvado) sin delanteros.
4. Sustituciones
Cambios tardíos y poca mano en la dirección de partido por parte del entrenador. Es una constante que se repite jornada tras jornada, y, claro, al Sevilla FC casi siempre le sale cruz. Es cierto que los recursos de este banquillo son limitados pero las decisiones a la hora de mover las piezas y dinamizar el esquema para buscar una reacción en los partidos dejan mucho que desear en la parte de Pimienta. El derbi lo terminó prácticamente con Peque de mediocentro y el equipo totalmente partido en dos, incapaz de generarle el más mínimo peligro al Betis teniendo que buscar el gol para al menos puntuar.
5. Falta de ambición
Preocupante. Signo peligroso incluso. El Sevilla FC ni siquiera tiró de señas históricas. Enterró solo su supremacía en los derbis, independientemente del nivel propio y el del rival. Lejos queda aquello de la casta y el coraje. A falta de la calidad, el domingo tocaba 'morder', pelear con 'la sangre inyectada en los ojos' como decía Caparrós. Nada de nada. Ni siquiera colgó balones en los últimos 10 minutos en busca de atosigar al Betis sin ya nada que perder. El Sevilla ni muerde ni le importa.
6. Sin apretar al rival en su punto débil
No es que el Betis mostrara muchos puntos débiles, pero sí enseñó grietas que el Sevilla y su entrenador no quisieron o no supieron ver. Por ejemplo: la portería. Adrián demostró en varias acciones cierto nerviosismo entre los palos, dudas, algo que el Sevilla no aprovechó de ninguna manera. Los atacantes blanquirrojos no exigieron ni probaron al guardameta del Betis. Si no puedes llegar por elaboración de jugada, al menos inténtalo con el tiro de media distancia. Sólo pareció darse cuenta Gudelj en el lanzamiento de su falta lejana que, por cierto, casi sorprende a Adrián.
7. Nula autocrítica del entrenador
Se echa de menos cierta autocrítica del entrenador en sus comparecencias públicas. El partido lo pierden todos, pero Pimienta no suele dejar un mensaje en el que su figura asuma responsabilidad del tropiezo. Antes del derbi ya defendió que los cambios los hace «cuando hay que hacerlos» y le parece oportuno. Tras caer contra el Betis dijo que «nos ha faltado fútbol, calidad, contundencia defensiva y creernos que éramos capaces de conseguir algo positivo. No es que no hayamos querido, no tengo quejas en ese sentido, pero en partidos de esta exigencia hay que estar concentrados»... todos mensajes para sus futbolistas.
8. Inmovilismo del libreto
La rigidez de Pimienta en los conceptos tampoco está ayudando, sobre todo porque si insistes en algo que no está funcionando, una y otra vez, quizás convenga cambiarlo. Contra el Betis tuvo una buena oportunidad para modificar su dibujo y actuar con dos delanteros (Akor e Isaac) teniendo la obligación de buscar el gol, pero tampoco cedió. Sacó a uno por el otro, y el nigeriano acabó perdiéndose en la misma isla solitaria que el canterano, desconectado del juego. Pimienta muere con sus principios y ello puede acabar 'matando' al Sevilla y a él mismo.
9. Infrautilización de recursos
El entrenador se quejó de plantilla corta y de que no le trajeron los refuerzos que solicitó en enero, caso del lateral izquierdo. El caso es que el propio Pimienta extralimita los recursos que tiene a su disposición, pasando, por ejemplo, de elementos de calidad como Suso. El gaditano no cuenta para nada. Independientemente de si está al cien por cien o no, ¿de verdad un jugador de su porte no puede tener minutos o un sitio en este Sevilla tan mediocre?
10. Conformismo
A la larga, parece que no le ha venido del todo bien a Pimienta aquella renovación exprés e inesperada de comienzos de campaña. El movimiento del consejo motivó al técnico e hizo reaccionar al equipo, pero en cuanto se ató la permanencia se ha instalado en todas las áreas administrativas y deportivas un tedioso tufo de conformismo.
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